Otro Shabat en Casa!
Hola chicos y familias!!
Otro Shabat en casa, espero que se encuentren todos bien, hoy les mando todo mi cariño en este día deseándoles un Shabat Shalom en familia.
Hoy elegí este cuento que hace referencia a la Emuna pensando en este momento particular de la historia de la humanidad y deseando que fortalezcamos nuestra Fe para poder superar este momento depositando nuestra confianza en Ashem.
Había una vez una familia muy pobre y muy necesitada que no tenía dinero suficiente para comprar ni siquiera las necesidades más básicas. Todos en la familia oraban para obtener bendición y prosperidad.
Una noche, las plegarias de la familia fueron respondidas y ellos oyeron que tocaban el timbre de entrada. El padre abrió la puerta y para su sorpresa, vio que afuera estaban esperando decenas de personas.
“Y ustedes ¿quiénes son?”, preguntó el padre.
“Yo soy Alegría, y ella es Emuná y aquella es Dicha y la otra es Salud y aquel bien alto es Éxito y la bajita de allá es Prosperidad y el arrugado es Dinero y la gordita es Fortaleza….”. Y así continuó presentándoles a todos los recién llegados.
“Nosotros somos los anhelos de todos ustedes”, les dijeron a los miembros de la familia, que se habían quedado mirando con la boca abierta. “Pero ustedes pueden elegir a uno solo de todos nosotros”.
Los miembros de la familia se quedaron pensando a quién les convenía elegir: ¿Éxito o Salud? ¿Dicha o Prosperidad? ¿Alegría o Dinero?”
Al final, el padre les dijo a los anhelos: “Hemos decidido que queremos quedarnos con Emuná”.
Emuná entró a la casa, pero siguiéndole los pasos empezaron a entrar también todos los otros anhelos.
“¡No entiendo”! ¿Qué es lo que está pasando aquí?”, se sorprendió el padre. “¡Nos dijiste que se puede elegir un solo anhelo!”.
“Es verdad. Se puede elegir un solo anhelo”, le explicó Alegría. “Pero dondequiera que va la Emuná, vamos todos tras ella”.
Una noche, las plegarias de la familia fueron respondidas y ellos oyeron que tocaban el timbre de entrada. El padre abrió la puerta y para su sorpresa, vio que afuera estaban esperando decenas de personas.
“Y ustedes ¿quiénes son?”, preguntó el padre.
“Yo soy Alegría, y ella es Emuná y aquella es Dicha y la otra es Salud y aquel bien alto es Éxito y la bajita de allá es Prosperidad y el arrugado es Dinero y la gordita es Fortaleza….”. Y así continuó presentándoles a todos los recién llegados.
“Nosotros somos los anhelos de todos ustedes”, les dijeron a los miembros de la familia, que se habían quedado mirando con la boca abierta. “Pero ustedes pueden elegir a uno solo de todos nosotros”.
Los miembros de la familia se quedaron pensando a quién les convenía elegir: ¿Éxito o Salud? ¿Dicha o Prosperidad? ¿Alegría o Dinero?”
Al final, el padre les dijo a los anhelos: “Hemos decidido que queremos quedarnos con Emuná”.
Emuná entró a la casa, pero siguiéndole los pasos empezaron a entrar también todos los otros anhelos.
“¡No entiendo”! ¿Qué es lo que está pasando aquí?”, se sorprendió el padre. “¡Nos dijiste que se puede elegir un solo anhelo!”.
“Es verdad. Se puede elegir un solo anhelo”, le explicó Alegría. “Pero dondequiera que va la Emuná, vamos todos tras ella”.
Shabat Shalom!